sábado, 11 de mayo de 2019

RESPETEN A SU MADRE Y TAMBIÉN RESPETEN A SU PADRE

Levítico 19:3 Traducción en lenguaje actual (TLA)

»Respeten a su madre y a su padre, y respeten también el día de descanso. Yo soy el Dios de Israel.
La Biblia dice que toda persona debe honrar a su madre, y Dios se complace cuando tomamos acciones concretas para cumplir con este mandato. Los hijos de todas las edades deben...
Amar a su madre incondicionalmente. Debemos cuidar a nuestras madres, sin importar cómo cumplan con sus responsabilidades maternas. Las mujeres asumirán de varias maneras el papel que Dios les ha dado. Pero todos los hijos están llamados a amar a sus madres, por el mero hecho de que el Señor la ha colocado en sus vidas.
Estar atentos a sus necesidades. Desde la infancia, el hijo se acostumbra a recibir de su madre. Razón por la cual puede ser fácil olvidar que ella también tiene necesidades. Piense en algo que su madre podría apreciar. Por ejemplo, ayuda doméstica ofrecida con alegría; o quizás, a medida que su madre envejezca, pueda necesitar ayuda para su bienestar físico o emocional. Algunas mujeres solo desean que sus hijos les expresen gratitud o consideración.
Vivir con rectitud. El mejor regalo que podemos darle a una madre cristiana es entregar nuestra vida a Jesucristo (Pr 23.22-25). Incluso una madre que no sea cristiana, sin duda se enorgullecerá de tener un hijo creyente cuya vida irradia amor, bondad y caridad.
Orar por ella. Nada es mejor que la oración. Hablarle al Señor acerca de nuestras madres, tanto en privado como en presencia de ellas, les recuerda que son importantes y amadas.
La manera en que usted agrade a su madre dependerá de la personalidad de ella y de la suya. Pero el Día de la Madre no es la única fecha para que le demuestre su amor y gratitud. Hónrela todos los días.

domingo, 10 de febrero de 2019


CUANDO DIOS TIENE UN PLAN DIFERENTE  

Salmos 138:7 Traducción en lenguaje actual (TLA)

Cuando me encuentro en problemas,
tú me das nuevas fuerzas.
Muestras tu gran poder
y me salvas de mis enemigos
A veces, Dios no nos saca de situaciones difíciles porque tiene un plan diferente. Podemos sentir como si nos hubiera abandonado, pero en realidad, nos está protegiendo, no mediante la liberación sino a través del fortalecimiento.
Cuando los problemas y el dolor nos visitan, debemos tratar de ver la situación desde la perspectiva de Dios, haciéndonos las siguientes preguntas:
  • ¿Qué demuestra mejor el poder del Señor: cambiar algo a mi alrededor, o cambiar algo dentro de mi corazón?
  • ¿Que fortalece la fe: ver la liberación de Dios de cada dificultad, o experimentar su presencia y su fortalecimiento en medio de las pruebas?
  • ¿Cuál recompensa es mayor: el alivio inmediato de la incomodidad, o la fe probada y refinada que resultará en alabanza y gloria cuando Cristo regrese (1 P 1.7)?
  • ¿Cuál respuesta a la oración es mayor: que Dios me haya quitado algo y haya dado paz exterior, o que me haya dejado permanecer en una prueba y haya recibido paz interior incondicional?
¿Hay algo que Dios deba arreglar en su vida para que usted sea feliz? Si Él elimina la situación, es posible que nunca aprenda que Él es suficiente para todo lo que necesite. En vez de eso, deje que le transforme, de manera que pueda sentir alegría en medio de cualquier circunstancia que enfrente.