miércoles, 22 de noviembre de 2017
viernes, 10 de noviembre de 2017
OREMOS POR LOS QUE PASAN DIFICULTADES HOY...
martes, 7 de noviembre de 2017
BENDECIRE A JEHOVÁ EN TODO TIEMPO...
Salmos 34Reina-Valera 1960 (RVR1960)
34 Bendeciré a Jehová en todo tiempo;
Su alabanza estará de continuo en mi boca.
2 En Jehová se gloriará mi alma;
Lo oirán los mansos, y se alegrarán.
3 Engrandeced a Jehová conmigo,
Y exaltemos a una su nombre.
4 Busqué a Jehová, y él me oyó,
Y me libró de todos mis temores.
Muchas emociones negativas acompañan las dificultades: frustración, desesperación, temores y dudas. Las personas dominadas por esos sentimientos suelen tomar malas decisiones. Es por eso que recomiendo que elijamos enfrentar los momentos de dificultad de la misma manera que lo hizo el pueblo de Israel: con alabanza. Aun en las horas más oscuras, adorar a Dios llena de gozo el corazón, y de paz la mente. Un creyente lleno de esa manera puede mantener su promesa de obedecer al Señor, pase lo que pase.
Adorar al Señor ensancha nuestra visión. Al hacerlo, comenzamos a ver su actividad en el mundo de maneras nuevas. Más concretamente, vemos lo que Dios está haciendo en nuestra situación, y notamos las áreas donde Él exige nuestra obediencia. Nuestra tendencia humana es buscar siempre la solución más fácil, pero al conformarnos con ello dejamos de crecer espiritualmente; además, de perder bendiciones por no seguir el plan del Señor.
Hacer una pausa para alabar al Señor puede apartar nuestra mente del camino fácil, y dirigirnos al camino correcto; es decir, al camino de la voluntad de Dios. Dar un paso adelante por fe puede ser aterrador, pero los creyentes podemos arriesgar confiadamente nuestro futuro a la fidelidad del Señor. ¡Él nunca ha defraudado a nadie!
Es difícil desesperarnos mientras alabamos al Señor por su amor y su poder. Podemos disipar las dudas recordando su fidelidad en el pasado y aliviar nuestra frustración encomendando en sus manos nuestros planes para el futuro. La alabanza no es la reacción obvia a las dificultades, sino la respuesta más acertada.
Buena, agradable y perfecta
viernes, 3 de noviembre de 2017
MI GRACIA ES SUFICIENTE ....DICE EL SEÑOR
MI GRACIA ES SUFICIENTE....DICE EL SEÑOR...
2 Corintios 12:7-10Nueva Traducció Viviente (NTV)
7 aun cuando he recibido de Dios revelaciones tan maravillosas. Así que, para impedir que me volviera orgulloso, se me dio una espina en mi carne, un mensajero de Satanás para atormentarme e impedir que me volviera orgulloso.
8 En tres ocasiones distintas, le supliqué al Señor que me la quitara. 9 Cada vez él me dijo: «Mi gracia es todo lo que necesitas; mi poder actúa mejor en la debilidad». Así que ahora me alegra jactarme de mis debilidades, para que el poder de Cristo pueda actuar a través de mí. 10 Es por esto que me deleito en mis debilidades, y en los insultos, en privaciones, persecuciones y dificultades que sufro por Cristo. Pues, cuando soy débil, entonces soy fuerte.

“Creí que la vida cristiana sería más fácil”. ¿Ha pensado usted de esa manera? A veces, llegamos a la familia de Dios con la idea de que el Padre celestial arreglará todos nuestros problemas, y que se dedicará a nuestra felicidad y bienestar. Sin embargo, esa no es la realidad que vemos en la Biblia. Pablo fue un hombre a quien el Señor utilizó enormemente, pero su vida no fue nada fácil.
De hecho, en cierto momento, el apóstol pensó que su dolor era una carga demasiado pesada, y le rogó a Dios que se lo quitara. No hay nada de malo en pedirle al Señor que alivie nuestro sufrimiento; pero, ¿cuál debe ser nuestra respuesta si Él no lo hace? Pablo probablemente no imaginó que su experiencia quedaría registrada en la Biblia para consolar y guiar a los creyentes a lo largo de los siglos. La promesa que Dios le dio se aplica también a nosotros: “Bástate mi gracia” (2 Co 12.9).
La gracia de Dios podría definirse como su provisión en el momento de nuestra necesidad. El problema es que, a veces, no parece que el Señor está realmente respondiendo a ella. Pero Él ve las deficiencias, los resultados y las complicaciones que nosotros no vemos. Sus propósitos implican el crecimiento espiritual, moldearnos para ser más como Cristo y fortalecer nuestra fe. Y las pruebas juegan un papel vital en la consecución de estos objetivos.
Lo importante es cómo reaccionemos. Si lo único que usted quiere es alivio, podría terminar lleno de ira y dudas. Pero si su deseo es llegar a ser la persona que Dios quiere que sea, verá cada prueba como una oportunidad para que Cristo refleje su naturaleza en usted, y le fortalezca.